La Hoguera
Emmanuel Ameth
Cuando las credenciales no le alcanzaron a Canek Vázquez para pelear por algún cargo dentro de su partido, el Revolucionario Institucional, aprovechó la marea morenista para vivir nuevas épocas que le permitieran tener acceso al erario; ahora quiere la dirigencia de Morena.
Para llevar a cabo dicha finalidad ha jugado sus piezas posicionándolas dentro del Congreso, aunque hay que decirlo, apostando a la derrota. Porque si bien es cierto no le abundan los mejores perfiles, aquellos instalados en el Congreso de Hidalgo como Mauricio Corona, Víctor Camacho y Martín Román son prescindibles en su actual esquema que busca tantear el terreno.
Pero no le ha salido bien.
Morena es un partido conformado por cuadros ciudadanos así como también de rebeldes -u oportunistas, según se vea- de otras corrientes políticas. Se vale cambiar y si se tratase de un ejercicio sensato, probablemente la desbandada sería mucho mayor; el problema está en reciclar no lo útil ni lo valioso, sino lo que nadie más quiere, el cascajo.
Sobre la intención del exsecretario de Manlio Fabio Beltrones por controlar el Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Hidalgo, uno de los fundadores de Morena, Francisco Patiño, fue contundente: ’Lo de Canek es un sueño, un sueño guajiro -de su parte-. Que Canek ocupe la presidencia estatal de morena, no tiene fundamento, ni siquiera tiene caso mencionarlo más’.
Incluso habló sobre Gerardo Sosa: ’Gerardo es el jefe de los diputados, es un mal asunto porque el Congreso está en poder de un cacique, de una dictadura que en lugar de ayudar al Desarrollo del Estado le está afectando’.
La jauría de Canek
Tras ser reculado el primer nombramiento como Coordinador de Asesores del Congreso local -por no existir la figura- por parte de Ricardo Baptista, Mauricio Corona Rodríguez fue designado asesor personal, un ex legislador Priista, quien de igual manera formó parte del Comité Directivo Estatal del PRI al frente de la Secretaría de Gestión Social, sin embargo, a pesar de que en la reciente administración estatal ocupó una dirección general en la Secretaría de Agricultura, tomó la decisión de hacer a un lado la “lealtad” hacia el mandatario Omar Fayad y huyó al Congreso Local para “ayudar” al presidente de la Junta de Gobierno.
Pero algo está ocurriendo al interior del Congreso local, porque de tras de muchas de las decisiones está un personaje resentido, un hombre que de igual manera decidió darle la espalda al partido tricolor para sumarse a Morena: el ex diputado local Canek Vázquez Góngora.
Vázquez Góngora, nacido en la CDMX es un político que en su oportunidad estuvo en las grandes ligas de la política del país, no logró posicionarse en los afectos de los hidalguenses pese a que hizo un esfuerzo como diputado local de la LXIII legislatura.
Se sabe que logró hacer algunos amarres sigilosos con funcionarios estatales, de tal manera que actualmente sostiene una sólida amistad con un grupo de personas -algunos sus subalternos- que no gozan de buena reputación como Carlos Muñiz, Mauricio y Allan Corona, Jorge Miguel García su compañero en la pasada legislatura, entre otros.
Aprovechándose de la ruptura que hay al interior del Congreso local entre los integrantes de Morena, Canek Vázquez ha logrado colocar piezas claves obedientes a sus indicaciones, como Jorge Miguel García, Martín Román Ortiz (enlace del Congreso, el que se duerme en sesiones), Mauricio Corona (Asesor de Ricardo Baptista, el que se ostenta como profesionista sin serlo) y Víctor Camacho (Particular de Baptista, el de la foto con los pies en el escritorio). Todos bajo las ordenes del ex dirigente del Frente Juvenil del Partido Revolucionario institucional.
No es desconocido para los que saben de política que estos personajes han sido señalados por sus excesos, prepotencia y deslealtad, por sus intereses mezquinos que lo que buscan únicamente es el poder a como de lugar.
Dentro de las huestes priistas se pone énfasis en Mauricio Corona y Canek Vázquez como un ejemplo oportunismo, porque ya dentro del partido habían volteado bandera, siendo proclives a hacer tratos en lo oscurito con los “enemigos” de Morena. Además, no garantizan ni representan ningún activo; confían en que las suerte les puede sonreír, sin embargo, habrá que ver quién confía en ellos.
