La Hoguera
Emmanuel Ameth
Quince días después de haber presenciado el primer debate presidencial y tras percepciones sesgadas donde la simpatía partidaria jugó un rol sumo importante, no sólo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no decayó en preferencias sino que se fortaleció, en tanto que Ricardo Anaya Cortés tuvo un mínimo crecimiento -13 veces inferior al del puntero-, resultando como gran perdedor José Antonio Meade Kuribreña.
Lo anterior reafirma dos postulados que dimos en este mismo espacio antes de dicho ejercicio: que la percepción sobre ganadores y perdedores estaría en función de la simpatía del receptor -a menos que sucediera alguna catástrofe- y que por tanto, como segunda conclusión, los debates no son el espacio ideal para dar a conocer proyectos de nación y que por lo menos en la plataforma que se dan actualmente, su utilidad también es mínima para estrechar brechas entre los contendientes, algo que les resta toda utilidad.
De acuerdo con la Poll of polls de Oraculus, AMLO observaba preferencias efectivas de 42.7 puntos al mes de abril, en tanto que para los primeros días de mayo las mismas subieron hasta 45.3. Por su parte Anaya ostentaba 28.8 para subir a 29 en el mismo periodo y Meade observó un declive que lo llevó de 21 a 18.5 puntos.
El hecho trascendente respecto del movimiento de las preferencias es que si en algún momento se plasmó la posibilidad de que tanto Meade como Anaya llevaran algún tipo de alianza que les permitiera competir con AMLO para que la suma aritmética de ambos le restara a AMLO la posibilidad de llegar a la silla presidencial, hoy se reafirma que de hecho, aquellos adeptos que perdió el candidato tricolor se alojan en su mayoría hacia la opción puntera, una condición a partir de la cual nos permite afirmar desde este momento que dará como ganador al candidato de la coalición ’Juntos haremos Historia’.
Llama la atención también que si bien el candidato que mejor se vio desenvuelto, a percepción de muchos, fue Anaya, el abuso de argumentos faltos a la verdad, desmentidos menos de 24 horas después por #Verificado2018, le dejan en desventaja para el resto de los ejercicios, pues la percepción de aquellos que no tienen su voto definido aún identificaron dichas actitudes como un obstáculo en el que no decidieron darle su voto de confianza, razón por la cual el candidato muestra un crecimiento ínfimo, que siendo menor al de AMLO, le resta toda posibilidad de competir por la presidencia del país.
Visto lo anterior y bajo el entendido de que los debates restantes contarán con aún menos impacto que el primero, donde la víspera del evento deportivo más importante de cada cuatro años está a la vuelta de la esquina y la distancia que separa tanto al 1er como 2do lugar es hasta cómodo asegurar, sin temor a equivocarse, que sabemos quién será el próximo presidente del país si bien aún falta la formalidad de reflejarlo en las urnas.
