La tarde de ayer, Marco Antonio Mendoza Bustamante, formalmente presidente del Revolucionario Institucional en Hidalgo (PRI), publicó en sus redes, averiguación en mano, que fueron objeto de allanamiento, pues ingresaron a sus oficinas forzando las puertas e hicieron una revisión minuciosa de documentos sin que pudieran establecer el robo de algo, razón por la que calificó el acto de intimidatorio.
Llamó la atención que en las redes de portales informativos que compartieron la nota hubo más burlas de los internautas que indignación por el delito denunciado.
En AM Hidalgo, el dirigente dio una entrevista telefónica al periodista José Luis Rico misma en la que reveló que sospechan de dos individuos que fueron captados entrando al inmueble un día antes del suceso. También dijo que pusieron a disposición de las autoridades a un joven que ingresó sin autorización al edificio, aunque no precisó en qué momento se habría dado dicha detención o si tendría relación con el allanamiento denunciado.
Algo sin embargo, no cuadra.
El PRI Hidalgo no cuenta con servicios de vigilancia operados por una empresa como sucediera otrora y como requiere un inmueble de dicha envergadura: tiene contratados a dos jóvenes que hacen las funciones de porteros/veladores.
Hay cámaras en el edificio, tal como se aprecia en una de las tres fotos compartidas por Mendoza Bustamante; lo que no hay es un centro de almacenamiento, pues fueron sustraídos por los integrantes de la dirigencia anterior -así lo aseguran las fuentes que compartieron a los medios los chats de su grupo de información-.
Aunado a lo anterior, para que no les vuelvan a cortar la luz, tratan de economizar lo máximo posible dejando prendidas las luces de apenas 3 o 4 espacios para tratar de inhibir a los amantes de lo ajeno.
Dicho lo anterior, las declaraciones de Mendoza Bustamante tienen varios vacíos.
De entrada, las imágenes captadas de dos individuos ingresando, más allá de que no hayan sido tomadas el mismo día el hecho, no son del interior del inmueble, sino aquellas que podría proporcionar el C5i, porque ellos 𝐧𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐧 𝐜𝐚́𝐦𝐚𝐫𝐚𝐬 𝐟𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨 e incluso si tuvieran alguna recién instalada de almacenamiento remoto o con SD (es decir, de las económicas), no podría captar ningún rostro con nitidez por lo oscuro del lugar.
Está claro que si el o los responsables tuvieron tiempo, primero de forzar una puerta hasta romper los marcos, y luego de hacer una revisión exhaustiva de documentos, 𝐧𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐯𝐞𝐥𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐬𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐜𝐚𝐭𝐨́ 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐜𝐞𝐝𝐢𝐨́ (por ello no se habló de atrapar a alguien in fraganti ni de una llamado a la policía en el momento e los hechos).
Lo anterior abre una serie de preguntas. ¿Es cierto que existe un detenido por haber ingresado al inmueble y no una invención de último minuto? En caso de afirmarse lo anterior, ¿Guarda el sospechoso alguna relación con los hechos denunciados al no coincidir su presencia ni en tiempo ni en circunstancia?
Por cierto, no es dato menor que este medio haya llamado en días y horas distintas a las oficinas del partido tricolor y la línea esté ’ocupada’ antes de siquiera ofrecer las extensiones, lo que quiere decir que ya tampoco tienen para pagar el servicio de conmutador y mejor dejan descolgada su única línea.