Editorial
Con tal de defender su agenda y sus intereses, a la Derecha no le ha importado mentir de manera descarada, sin considerar que mientras más se exponga a sí misma, más difícil será que salgan de la situación en la que se encuentran actualmente: nula credibilidad para enfrentar comicios, lo que cada vez les deja con menos espacios en el poder.
El mismo lobby de comunicadores que defendía la narrativa del Falso caso Wallace por ejemplo, ahora manifiesta que hay 6 víctimas de secuestro que acusan a Israel Vallarta, es decir, que se trata de un victimario liberado.
El problema está en que las víctimas reales de secuestro citadas, nunca han señalado a Vallarta por sí mismas (fueron las autoridades), como sí lo hicieron a familiares cercanos (primos). Es más, en otra más de las dolencias que tuvo la fabricación, citaron a Cassez siguiendo a uno de ellos en un mercado justamente en fechas que la citada se encontraba en Francia, siendo revelado lo anterior, entre muchas otras mentiras, por la periodista Emmanuelle Steels, cuya investigación incluso le dio para escribir un libro.
En dicha publicación por ejemplo, se revela que en su primera declaración, aunque la víctima de la acusación principal dice que nunca vio a los secuestradores, y que aunque las voces ni siquiera se parecían, ’los AFIs le dijeron que los señalara (a Vallarta y a Cassez) porque ellos eran sus secuestradores, y si no quedarían libres’.
El caso de Malinali Gálvez, hermana de Xóchitl Gálvez, es completamente distinto al de Vallarta.
De entrada, la excandidata presidencial ha reconocido que el grupo delictivo no era inventado (como el de Vallarta), además que su hermana sostenía una relación sentimental con uno de sus integrantes, por lo que “ellos como familia” trataron de hacer que se alejara de él.
La situación es que en al menos dos de las víctimas, su secuestro obedeció a que hablaron previamente con Malinali y esta prometió llevarlas con Xóchitl para tener una entrevista, pues entonces era diputada del PAN y como tal, se prestaba a ciertas situaciones. Fue en el trayecto de dicha ruta que fueron plagiadas. La misma Malinali reconoció usar su relación de parentesco de Xóchitl para acercarse a las víctimas.
Así que no. Lo de Vallarta y lo de Malinali no se parece en nada pero sirve como un excelente ejemplo para demostrar de qué es capaz la Derecha y cómo es que han llegado a un punto que les llevará a su extinción.
