La Hoguera
Emmanunel Ameth
La semana pasada el exdiputado Asael Hernández Cerón, cuyo cargo formal es el de Coordinador político y de estrategia del PAN en Hidalgo, pero que en realidad se trata de su dueño, amagó con no ir en alianza opositora para las elecciones de 2022, toda vez que buscaría ’vender caro su amor’.
Pero el político se juega su único as bajo la manga.
Sólo en las mediciones de noviembre, para la encuestadora Demoscopia Digital, Morena tiene una intención de voto efectiva de 52.3 puntos, que son 30 por encima del PRI y casi 46 por encima del PAN. Para Massive Caller, Morena tiene una intención efectiva de voto de 56%, esto es, 24 por encima del PRI y 48 puntos por encima del PAN.
Lo anterior no sólo quiere decir que toda la oposición, junta, se encuentra por debajo de Morena en dos dígitos incluso si participaran los guindas en solitario, sino que el PAN no está en la posición de negociar salvo unos cuantos puntos que son insuficientes para hacer diferencia alguna en las elecciones.
Los azules lo saben bien y por eso van a ’vender’ sus 5 puntos al PRI como si fueran 20, como si fueran relevantes en las próximas elecciones, como si los necesitaran...
La realidad es que ser ninguneado por las preferencias de los electores equivale a ser ninguneados en la política. Pasaron de ser un partido que en algún momento fue la segunda fuerza política de la entidad, a pelear por estar al menos entre los cinco primeros en preferencias, producto esto, de sus propios errores.
En lo individual, pueden manejar el discurso que si hacen campaña les irá bien (siempre hay mucho recurso qué mover) pero lo cierto es que buscarán una mejor oferta para operar al PRI, como lo han venido haciendo en los últimos tiempos.
El PAN no puede competir solo porque en una de esas pierde su registro, por eso es que su única opción es ir de la mano con el PRI -y el PRD, así ellos aporten un mísero punto-. La espontánea bravuconería emanada de su Consejo Estatal es sólo parte del estire y afloje de una negociación que se pretende llevar a buen puerto, pues como van las preferencias de su partido, podría ser la última vez que alguien considere invitarlos a una mesa y no se pueden perder lo que podría ser su último gran negocio político.
La posición del PRD
A diferencia del PAN, que tiene al menos 5 puntos qué negociar -insuficientes para revertir cualquier tendencia actual-, el PRD en la entidad busca colarse a cuanto evento se realice para al menos ser vistos.
Políticamente ya no aportan nada y es muy probable que en las elecciones de 2022 no alcancen ni e porcentaje mínimo para mantener prerrogativas, pero ello no les quita la ilusión de poder siquiera estirar la mano para recibir una propina, en cuyo porcentaje no se pondrán exigentes.
