Entre 2018 y 2024, periodo en el que gobernó el presidente Andrés Manuel López Obrador, se observó una disminución en el número de familias en México que enfrentan problemas para alimentarse debido a la falta de recursos. En términos generales, la proporción de hogares que experimentaron al menos un obstáculo para satisfacer esta necesidad básica pasó del 46.6 por ciento (16 millones) al 33.1 por ciento (12.9 millones), lo que representa una caída de más de 13 puntos porcentuales, de acuerdo con un informe de BBVA México.
Este cambio sugiere un mayor acceso a los alimentos, posiblemente relacionado con la mejora en el desempeño económico promedio de los hogares.
Sin embargo, el informe de BBVA, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que aún un tercio de la población enfrenta dificultades para acceder a los alimentos. En los últimos tres meses de 2024, el 58.6 por ciento de las personas en situación de pobreza multidimensional—una condición que evalúa no solo la falta de recursos económicos, sino también aspectos como el acceso a educación, agua potable y servicios de salud—presentaron carencias en el acceso a los alimentos.
En contraste, el 27.3 por ciento de quienes no están en esta situación también reportaron problemas alimentarios durante el último tercio del año. Según la información analizada por el banco, el año pasado, 5.6 millones de hogares (14.5 por ciento del total) experimentaron que algún adulto comió menos de lo que esperaba debido a la falta de dinero y otros recursos.
En el mismo año, añadió, aproximadamente 8 por ciento de los hogares mexicanos reportaron que al menos un adulto se quedó sin comida o dejó de desayunar, comer o cenar debido a la falta de recursos.
Resultado de la falta de ingresos, el año pasado 2.7 millones de personas comieron solamente una vez al día o incluso no ingirieron alimentos durante 24 horas.
De acuerdo con el informe, de 2018 a 2024 el número de hogares con al menos un menor de edad pasó de 19.7 millones a 19.6 millones.
En aquellos donde algún menor tuvo una alimentación poco variada por falta de dinero pasó de 22.7 a 14.7 por ciento en el lapso referido.
’En 2018 había 2.9 millones de hogares con algún menor que, por falta de dinero o recursos, por un lado, comió menos de lo que debía, y hogares con algún menor al que se le disminuyó la cantidad de comidas. Para 2024, este número se redujo a 1.9 millones’, refirió BBVA.
BBVA explicó que, por un lado, existe una proporción de la población que en 2024 padeció hambre sin encontrarse en situación de pobreza y, por otro, no todas las personas pobres experimentan hambre.
Lo anterior, sostuvo, abre un debate sobre si en la metodología para la evaluación de la pobreza es conveniente otorgar mayor peso a la capacidad real de las familias para evitar el hambre.
’Hay algunos aspectos que revisar: por qué hay población que no es pobre y tiene problemas relacionadas con el hambre. Por ejemplo, si es un tema de gestión del gasto familiar, si es por causas de mercado (poca oferta u otras distorsiones), o incluso discrepancias entre ingresos reales y declarados, entre otras cosas.
’Además, es necesario reforzar los programas de seguridad alimentaria, educación nutricional y acceso a alimentos de calidad, aumentar la oferta de la canasta básica, así como focalizar recursos para aquellos hogares que presentan este problema’, agregó.Con información de LA JORNADA