Al PRI en Hidalgo solamente le falta un sepulturero, pues a la renuncia del exgobernador Omar Fayad le han seguido la de personajes ligados al osorismo y al olverismo, quienes no vislumbran espacios de representación de sus diversos grupos y no se encuentran conformes con el trabajo de la dirigencia nacional encabezada por Alito Moreno y por Carolina Viggiano.
Si bien se ha dado a conocer apenas una docena de perfiles que han dejado huérfano al partido, aquellos que se han apartado gozaban de cierta representación entre los sectores , por lo que más que cantidad, el PRI sigue perdiendo calidad de afiliados.
De continuar este fenómeno, al PRI le quedarán sólo algunos de sus cuadros de a pie y los incondicionales de Carolina Viggiano, los cuales si bien no son pocos, parecen insuficientes siquiera para desempeñar las funciones administrativas del inmueble.
El próximo año vendrán las elecciones federales que empatarán con las de las alcaldías y diputaciones locales donde Carolina Viggiano, siendo secretaria general del partido, será la responsable de decidir quiénes serán los perfiles que competirán en cada demarcación del país, presumiéndose también que en la designación de los espacios plurinominales que alcancen, serán sus allegados quienes las acaparen como sucedió la última ocasión.