El presente año se llevarán a cabo elecciones locales en los estados de Hidalgo y Coahuila, resultados que en gran medida definirán si la actual Secretaria General del Revolucionario Institucional (PRI), Carolina Viggiano, está hecha para las ligas mayores o bien, deberá renunciar a toda ambición que vaya más allá de una curul plurinominal.
Porque las prefrencias electorales no favorecen al instituto político del cual forma parte y no solo eso, sino que es ella la principal responsable de influir en ambos escenarios para tratar de rescatar espacios.
El principal problema es que en Hidago se vive históricamente el peor momento para los tricolores, quienes ven en las candidaturas actuales actos de venganza para enterrar sus carreras, cuando en otra época habrían agradecido cualquier candidatura.
En el caso específico de Viggiano, oriunda de Tepehuacán, incluso se aprecia complicado que pueda retener dicho municipio donde ha tenido dominio por décadas gracias a una dinastía caciquil.
En Coahuila, los Moreira siguen teniendo cierto control sobre la entidad pero este también comienza a desmoronarse; incluso, un movimiento mayúsculo del Congreso hacia la oposición puede significar que el esposo o el cuñado de Viggiano puedan perder incluso su libertad.
Teniendo todo en contra, si los resultados fortalecen a Viggiano, por fin podría obtener la tan anhelada candidatura priista para la sucesión gubernamental en Hidalgo, que si bien está cantada para recaer en Morena, por lo menos le permitiría competir finalmente en otras ligas.