EDITORIAL
Personajes que desde hace algunos años han sido ninguneados por el voto popular y hasta por su mismo partido, ahora que ya no hay grupos relevantes y de peso en el PRI Hidalgo, han decidido regresar a la escena pública para ser considerados, no importando la responsabilidad e incluso conformándose con un guiño -que aún no han recibido-.
De la misma forma que El Príncipe de Maquiavelo se interpretó en su momento como una solicitud de empleo disfrazada, priistas cuyos mejores años hace mucho que pasaron, invitaron a la militancia del tricolor en Hidalgo a permanecer en el partido ante la ola de renuncias que han acontecido los últimos días.
En la carta firmada por 26 personas, con algunos más impresentables que otros -y algunos otros más irrelevantes que el resto-, clamaron por atención mediática que tampoco han recibido.
Presentándose todavía como funcionarios y representantes emanados del PRI, aunque la mayoría ya no tenga cargo y haya salido por la puerta de atrás hace algunos ayeres, señalaron que ’el ’independiente es un ser aislado, ausente de riesgo y de responsabilidad’, condición que dijeron que ’era cómoda y ambigua’.
Si bien los firmantes tienen experiencia en cuanto a lo que representa vivir en el olvido político y sollozar por un pasado más bien adornado, en su caso específico, no fue por renunciar a su partido que quedaron en dicha situación.
Ahora que del PRI Hidalgo han salido algunos perfiles relevantes y grupos políticos de peso político, sí que podrían volver a desempeñar alguna responsabilidad que les vendría como anillo al dedo, pues se trata del PRI más perdedor de la historia, ramo en el que sí que contribuyeron.