Peña Nieto y Francisco Olvera fabricaron culpables para justificar Ciudad de las Mujeres; el proyecto fracasó


Con tal de edificar una obra millonaria que incluso fue inaugurada dos años antes de su operación por sus carencias, involucraron instituciones que fabricaron un culpable para poder tener un caso insignia qué presentar

Peña Nieto y Francisco Olvera fabricaron culpables para justificar Ciudad de las Mujeres; el proyecto fracasó


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Julio 25, 2019 00:24 hrs.
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Emmanuel Ameth › Emmanuel Ameth Noticias

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El exgobernador de Hidalgo Francisco Olvera Ruíz así como el expresidente Enrique Peña Nieto promovieron la edificación de Ciudad Mujeres en Hidalgo; pero este fracasó pese a sus intentos por sacarlo adelante, mismo que incluyó la fabricación de un culpable para poder presentar un caso insignia que justificase la inversión.

Para mostrar su caso insignia se valieron de funcionarios públicos y de la misma esposa de Francisco Olvera para estar atenta a un proceso jurídico plagado de irregularidades y contradicciones en las que sin embargo, cometió su cometido: encarcelar a su exesposo y ser ’madrina’ de apertura de la Ciudad de las Mujeres en Tepeji del Río narrando su historia, misma que ya con antelación había expuesto en el auditorio Gota de Plata.

El negocio no era despreciable. Primero instruyeron al Colegio de Hidalgo para que realizase un estudio del cual se dijo atenderían a 310 mil mujeres, que tres años después de su inauguración no llega ni a las 2 mil 900 (menos del 1% de su meta); posterior, adjudicaron más de 136 millones de pesos a Operadora Mersi, empresa de Grupo del Blanco cuyo administrador fue el encargado de promover la campaña de Francisco Olvera ante los empresarios cuando se postuló para gobernador; Del Blanco la dejó con tantas carencias, que tuvo que pasar más de un año y medio posterior a la inauguración para que finalmente pudiera operar y esto después de manifestaciones de ONGs que exigían su funcionamiento.

En la actualidad, el propio presidente municipal de Tepeji cuestiona el funcionamiento de Ciudad de las Mujeres al señalar que ’nunca está abierto’.



La presunta “víctima”

Para tener un caso insignia encarcelaron a Fernando M., en ese entonces esposo de Ana Rocío O., cuyo proceso estuvo plagado de irregularidades luego de que para confirmar la sentencia se valieron de testimonios de familiares de la víctima y dos testigos más que fueron previamente aleccionados: en todas las declaraciones hay contradicciones de tiempo, lugar y forma.

La supuesta “víctima” es funcionaria del Gobierno del Estado de Hidalgo e incluso goza de dos plazas: una magisterial por parte de la SEP y otra como Encargada de atención en Desarrollo Social y se ostenta como Licenciada en Informática (en el registro de Cédulas Profesionales de la SEP no se encuentra dato alguno sobre su escolaridad), donde habría conocido a Guadalupe Romero de Olvera, esposa del exmandatario hidalguense.

Incluso la Agencia Reforma la tomó como una de las servidores públicas que recibían doble salario por parte del Gobierno de Hidalgo (VER AQUÍ) pues por una de sus actividades cobrara 15 mil mensuales y por la otra, 8 mil.

Para comprender el grado de complicidad en el que las autoridades se involucraron para incriminar a su ahora exesposo, se seleccionaron las siguientes afirmaciones de las cuales, se cuenta con un audio y que fueron otorgadas este 2019 (el juicio data de 2014):

“La señora Lupita de Olvera consiguió facilidades para que me fuera al refugio”; dicha aseveración la dijo a pregunta expresa sobre cómo terminó en un refugio en la CDMX mientras duraba su caso.

“Tuve que ir a ver a la señora Lupita, tuve que ir a amenazar al Procurador, yo se lo gritaba desde afuera de que iba a ser público que él metía las manos. Era el primer juicio oral de violencia. Nos fuimos a juicio, presentamos pruebas y se preparó todo, sólo podíamos comprobar la primera vez que me golpeó (Fernando M.)”.

“Fui a acusarla con la directora y les dije ‘Yo no quiero esa abogada’. Me fui yo sola a acusar al juez. Metí escritos e insistí hasta que la juez me atendió. Me dijo la juez te voy a dar el divorcio es inmediato y en cuanto a la custodia los pasaron con el Consejo de Familia. Me dieron la custodia definitiva y no hay convivencias autorizadas”; manifestado sobre su abogada de oficio y sobre su trato con la juez.

“Él (Fernando M.) volvió a meter un amparo ante instancias federales y yo le escribí a la ministra de GM en el TSJN, vi al magistrado y sale que confirman su sentencia”.

“Yo había participado, tres meses antes de Tepeji en el Gota de Plata. Yo me acerqué a la Señora Lupita (De Olvera)… se acercó mucho a mí y yo mucha a ella., Platicaba mucho con ellas. Del centro de Justicia fui la cliente 14 y mi juicio oral fue el número 5 y ellas siempre me acompañaban en todo, antes del juicio me veía con ellas y una vez me piden ‘Abrieron una página para servidores de capacitación de género’ y me invitaron al Gota de Plata a participar”.

“Me sentía en deuda con la señora Lupita porque había sido muy cercana conmigo, ante 1,800 personas luego me invitaron a Tepeji con Peña Nieto, justo el día que ingresé al refugio. Fue a través del DIF.



La fabricación de culpables

Ante la falta de pruebas para incriminar, las autoridades dieron por buenos testimonios contradictorios y/o mal aleccionados para el caso de Ana Rocío.

No sólo Guadalupe Romero de Olvera resultó embarrada en la fabricación de culpables sino que también intervinieron en el proceso:

Miroslava Hidalgo Chavarría, MP PGJEH
Grace Daniella Rangel Ramírez, MP CEA
Rocío Baños Briseño, MP
Adriana Ávila Rodríguez, Psicóloga
Martha Muñoz Islas, Perito
Verónica Nohemí Arias Martínez, Defensor de Oficio
Omar López Pedraza, Policía
Rosa María López Aguilar, Defensor de Oficio
Juan José Sánchez Sierra
Ariana Itzel Duarte Martínez, Juez

LAS CONTRADICCIONES DEL EXPEDIENTE

El 15 de diciembre de 2014, Ana Rocío O. declara que fue violentada en su domicilio. Dice que a partir de las 0:00 hrs sufrió tremenda golpiza por parte de su entonces esposo Fernando, quien le pegó en la cabeza, espalda y piernas; incluso la pateaba en el suelo y la jalaba del cabello, del que la levantaba para azotarla en la pared mientras sus hijos dormían. Temió por su vida.

Afortunadamente, relata que Fernando, al ir alcoholizado, se quedó dormido aproximadamente a las 2 hrs, tiempo en el que Ana Rocío marcó a su padre, mismo que tuvo que esperar en su auto afuera de su domicilio hasta que ella se percatase de que no había peligro y Fernando ya no iba a despertar, siendo las 4 hrs cuando salió de su casa para dirigirse al Ministerio Público, aunque fue atendida hasta las 6:30 para rendir su primera declaración.

Las autoridades tomaron su declaración y allí comenzaron las inconsistencias, algo que los jueces o se negaron a apreciar o bien, por ser funcionaria pública, con dos plazas en Gobierno del Estado y recomendada de Guadalupe Romero de Olvera, tenían la indicación de castigar.

Porque el médico forense la observó visiblemente íntegra, coherente y bien orientada. Tras media hora de auscultación en todo su cuerpo, solamente pudo apreciar un golpe en el labio superior derecho, mismo que estaba hinchado: el tamaño de la lesión era inferior a dos centímetros y con tiempo de recuperación menor a quince días (el menor). No encontró cicatrices pasadas ni recientes u otro tipo de lesión que dejara marca pese a que Ana Rocío decía que era golpeada diariamente con violencia desmedida, aunque eso sí, declaraba que “su marido sabía cómo golpearla para no dejar marcas”. Sus hijos, en la habitación contigua y posteriormente entrevistados por autoridades diversas, tampoco fueron testigos de ese tipo de maltrato como se aprecia en las carpetas de investigación, pese a que ella afirma que para que no siguiera con las golpizas que ponían en peligro su vida, gritaba como único medio de defensa.

La psicóloga forense por su parte la observó en buenas condiciones de higiene y aliño, pese a haber sido levantada del cabello en múltiples ocasiones para ser azotada en las paredes. Ella dio un pronóstico reservado a un eventual tratamiento como diagnóstico.

Pero las autoridades no fueron las únicas en contradecir su primer testimonio.

Seis meses después, su padre de nombre Rubén O., también funcionario y exdirigente sindical en Gobierno Estatal, narró que recibió una llamada antes de media noche donde su hija le decía que era agredida, trasladándose inmediatamente -está a 20min. de distancia como señaló en la misma carpeta-. Los miró discutiendo -pese a la importancia de la lesión en el labio, que era la única que tenía, nunca narró verla ni observa otro tipo de violencia que no fuera verbal-. Él dijo que Fernando se retiró (¿no había sido la agresión a las 00:00, aproximadamente a su llegada?) y agregó que echaba balazos al aire mientras se iba… (esto último no coincide con nadie más y fue aportado en un momento del juicio en el que se le quería inculpar de amenazas con arma). Allí fue cuando se llevó a su hija, misma que acompañó a declarar unas horas más tarde -él mismo no declaró como testigo en un principio-.

Rubén O. (Padre) posteriormente declararía que su hija había sido agredida en distintas ocasiones y que se había ido a refugiar a su casa todas las mismas… pero Ana Rocío del 2014 dijo que nadie en su entorno sabía de su situación e incluso, 4 años después que rememora el episodio, tampoco coincide consigo misma, pues asegura que esa noche -la noche que tuvo golpe en el labio inferior de dos centímetros como única lesión y de la que hasta que llegó su padre o no tenía o no se percató de la misma-, fue la más violenta que vivió al lado de su pareja, llamando a su padre a media noche para que la recogiera (Ana Rocío del 2014 ni la del 2019 hablan de que su exesposo tuviera un arma en ese momento ni de que dispara al aire pese a que posteriormente agregan ese “dato” pero siempre sin testigos y cayendo en contradicciones).

Más tarde vendrían más contradicciones.

Una de ellas en un triste episodio donde Ana Rocío O. dijo que su pareja tocó a su domicilio, entró y amagó a dos trabajadores que allí se encontraban. Discutiendo, logró arrebatar un arma que portaba Fernando, mismo que posteriormente se la arrebató. Ante el escándalo, sus hijos bajaron y mientras este se encontraba distraído, ella salió a pedir auxilio; al haber gente en la calle, Fernando desistió de su intento y se fue.

Pero las fechas tienen horas de diferencia entre los supuestos testigos e incluso los trabajadores que habrían sido amagados, presuntamente aleccionados, dieron versiones diferentes de la historia y todos describieron el arma de forma distinta así como los sucesos.

Algunas de las contradicciones se pueden apreciar en la siguiente tabla:





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