No es momento de que ningún contendiente lance campanas al vuelo faltando 80 días para que sean celebrados los comicios más grandes en la historia del país pero sí lo es para replantear estrategias en base a los pocos datos con los que se cuentan sobre las preferencias electorales, las cuales no presentarían cambios sustanciales en las posiciones respecto del levantamiento que la empresa Massive Caller realizó a inicios de febrero.
Atendiendo lo anterior, todavía ’Juntos haremos historia’ ocuparía dos escaños en el senado por el principio de mayoría relativa en tanto que ’Todos por México’ ocuparía otra curul vía primera minoría; como espectador estaría participando ’Por México al frente’.
De este modo la alianza integrada por Morena y asociados proyectaría una preferencia efectiva de 42.94 puntos, la del PRI y agregados 28.10 y la del PAN-PRD -junto con alguno más- 21.40 puntos.
El ejercicio se basó en convertir las preferencias brutas en efectivas dadas a conocer en febrero por la empresa Massive Caller para posteriormente ajustarlas a las preferencias efectivas al 9 de abril por la agregadora Oráculus.
Dado que las tendencias de cada candidato muestran un comportamiento típico de normalización, no se prevén ajustes ‘mayores’ en lo que queda de elección, si bien debe tomarse con cautela derivado de que la casa encuestadora se tomó por ser la única referente –que no significa que sea la más certera- y a que también, la tendencia nacional ajusta al alza al segundo lugar y a la baja al tercero de los contendientes en Hidalgo.
Los partidos opositores, en todo caso, deben prepararse para una elección llena de irregularidades no muy distintas a las que se dieron en el Estado de México, donde el poder de ‘los billetes’ por sí mismo es capaz de comprar hasta una decena de puntos de preferencias, amén del actuar de cada candidato.