La obsesión por querer privatizar Pemex lleva a muchos organismos al absurdo de decir que ’PEMEX está en quiebra’; curiosamente, la tendencia es de decir que es un mal negocio para el gobierno aunque la iniciativa privada se frota las manos por hacerse de la paraestatal; ahora tocó al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) hacer el ridículo.
Los balazos en su boletín ’Diagnóstico IMCO: Rentabilidad de Pemex para el bienestar de México’ dan cuenta de las falacias en las que recaen y les quita respeto por parte de analistas serios.
Aquí sus afirmaciones:
1. Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentra en quiebra técnica a pesar de que en la última década el Gobierno federal le ha inyectado más de 250 mil millones de pesos.
La inyección del gobierno federal fue muy poca para una empresa cuyos gastos operativos se han ido incrementando; es cierto que tienen pasivos laborales importantes aunque toda empresa que lleva operando décadas los tiene y más si su tecnología se deprecia.
Al IMCO se le hace “mucha” una inversión de 250 mil millones cuando la paraestatal, en los mismos 10 años de referencia, ha aportado al presupuesto nacional 16 billones 777.4 mil millones de pesos, esto es, que les preocupa que se haya invertido en la empresa sólo el 1.5% de la utilidad que dejó a los mexicanos.
2. El Gobierno actual quiere invertirle casi 456 mil millones más entre 2019 y 2022. Esto equivale a cinco años del presupuesto de pensiones para adultos mayores.
IMCO prefiere “perder” una empresa que aportó más de 1.5 billones anuales promedio al presupuesto los últimos 6 ejercicios que invertir el 10% de los remanentes anuales que deja; es tan ridículo como aseverar que si se invierten 100 pesos en un año y se obtienen 1,000 es un mal negocio…
3. México necesita que Pemex sea rentable y contribuya al bienestar de la población. Para ello, el IMCO propone que el rescate del Gobierno federal a Pemex esté condicionado a la implementación de una serie de ajustes estructurales en la empresa que garanticen su viabilidad en el mediano y largo plazo.
Si bien es cierto que PEMEX requiere de ajustes para hacerla más competitiva, su viabilidad a mediano y largo plazos no está en peligro.
Para poner un ejemplo, de los 1.5 billones que anualmente da a la federación gracias a la producción y a sus pagos tributarios, basta con reasignar entre el 13 y 14% de esos al pago de su deuda para pagarla en 10 años y quedar libre de toda obligación financiera, combinando esto, con algunas estrategias que disminuyan su gasto operativo.
En el caso de México sin embargo, la deuda equivale a 11 billones de pesos y aunque es pagadera a más de dos décadas, destina más o menos la misma proporción de sus ingresos para el costo financiero de la misma; las calificadoras ven a México con una deuda estable mientras a PEMEX le ponen una calificación negativa pese a que incluso la paraestatal tiene mayores maniobras disponibles para enfrentar sus obligaciones.
Aquí un video de IMCO
Aquí uno de México Evalúa a través de una de sus investigadoras (no, no es ninguna empleada de Starbucks)
