El ejército de Israel reconoció que mediante una unidad de aviación, atacó a una ambulancia de la que aseguraron, supuestamente transportaba armas y terroristas de Hamás. El vehículo sin embargo, formaba parte de un convoy del que dejaron decenas de muertos, lo que llevó la crítica internacional por el método, el cual se suma a todos los crímenes de guerra cometidos por los ocupantes durante décadas, pero que se han intensificado a partir del ataque terrorista de Hamás el pasado 7 de octubre.
Y es que si sus fuerzas de ’inteligencia’ habían detectado el comportamiento asegurado, el método más efectivo era el de detener a la supuesta unidad en mención en lugar de afectar al resto, lo que dejó cruentas imágenes de palestinos recogiendo cadáveres de mujeres y niños.
Cabe señalar que el portavoz del ministerio de Salud de Gaza señaló que avisaron a la Cruz Roja sobre el traslado de heridos a otra región, derivado de la previa amenaza de Israel por “limpiar la zona”.
Además del convoy, zonas aledañas fueron bombardeadas por el ejército israelí.
Los sionistas (ocupantes de Palestina, igualmente calificados como terroristas), también han asegurado que el hospital es la entrada de una serie de túneles donde los terroristas -de Hamás- se ocultan y que supuestamente esa es la razón por la que han bombardeado hospitales. Al día de hoy, tal aseveración no ha podido ser comprobada pese a tener acceso los israelís a todos los nosocomios y a existir observadores internacionales.
Cabe señalar que sionistas, además de civiles de Gaza, han asesinado a paramédicos, socorristas y personal de la ONU en las mismas instalaciones del organismo internacional, como cuando bombardearon una escuela donde eran refugiados niños que nada tenían que ver con el conflicto.
