Desde que se publicó el informe de las pruebas PISA por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las notas periodísticas han abundado en que México se encuentra en la antepenúltima posición entre los países miembros, ocultando de manera alevosa que durante los gobiernos del PRIAN, en todas las ediciones se fue último lugar.
Con lo anterior, pese a la baja en rendimiento que sufrieron todos los países del orbe en su conjunto, México se encuentra en su mejor posición en ranking entre los países miembros del organismo si bien no ha sido su mejor puntuación.
En las ediciones 2000, 2003, 2006, 2009, 2012, 2015 y 2018, entre los países miembros, México destacó por obtener, siempre, el último lugar. No fue sino hasta en la edición 2022, tras haberse retrasado la prueba un año por efecto de la pandemia, que en el actual gobierno morenista se alcanzó la antepenúltima posición.
La primer prueba del año 2000 por ejemplo, misma que tuvo un enfoque en las habilidades lectoras, México ocupó la última posición entre los países miembros.
En la prueba PISA del año 2003, misma que tuvo un enfoque en matemáticas, México repitió en la posición 29 entre los países miembros, es decir, que ya en el gobierno del PAN, el resultado fue exactamente el mismo que la edición anterior: último lugar.
La posición de último lugar de las pruebas PISA entre los países miembros sería una constante que, edición tras edición, se repetiría durante cada una de las evaluaciones de los gobiernos panistas, esto es, durante las administraciones de Vicente Fox y de Felipe Calderón.
En 2006, en la evaluación con enfoque en Ciencias, México ocupó la posición 30, el último lugar, dado que para esta edición ya había 30 países miembros en la OCDE.
En la edición 2009 que regresó al énfasis en lectura, México continuó en el último lugar de la OCDE entre los 34 miembros.
La edición 2012 de la prueba PISA trajo consigo un modelo similar al actual, donde en una sola evaluación se obtuvieron datos para Lectura, Ciencias y habilidades Matemáticas. Aquí México se colocó en la posición 34, es decir, el último lugar.
La edición 2015 de la prueba PISA volvió a colocar en el centro a las Ciencias, dejando como ramas secundarias la Lectura y las Matemáticas. México volvió a posicionarse en el último lugar de los 35 integrantes evaluados de la OCDE, incluso estuvo por debajo de países no miembros como Colombia y Costa Rica cuando una edición antes les había superado.
Con la incursión de Lituania y Letonia a los miembros de la OCDE en la edición 2018, México no cambió con lo que sería su única posición durante todo el prianato: último lugar.
NOTA: Si bien Colombia aparece en esta edición como si fuese miembro de la OCDE, en su página oficial se destaca que no fue miembro formal sino hasta 2020.
La edición 2021 no se llevó a cabo por efecto de la pandemia a causa de COVID pero se reanudó en 2022, es decir, que es la única que se habría realizado en el periodo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Aquí México obtuvo el antepenúltimo lugar, siendo el sexenio del actual mandatario el único que no registró un último lugar en la prueba PISA, es más, se alejó dos lugares del sótano general entre los países miembros.
LA VERIFICACIÓN DE DATOS
¿Qué tan malo es que México sea el tercer último lugar entre los países miembros?
Observando la posición relativa entre los países miembros, desde luego no es deseable que México sea antepenúltimo, aunque claro que es mejor que el último lugar que ostentó durante las 7 primeras ediciones con gobiernos del PRIAN.
¿Es cierto que, como publicó Aristegui Noticias, lleva México dos décadas de estancamiento?
Es impreciso en muchos sentidos. Para empezar, a diferencia de lo que asegura Mario Luis Fuentes en dicho portal, la prueba PISA no lleva décadas; en estricto sentido del uso de nuestro lenguaje, la cantidad mínima para asegurar ello deberían ser al menos 3, pero la prueba lleva 22 años aplicándose de manera trianual -salvo la última edición-.
La baja cuasi sostenida en la puntuación no es exclusiva de México, de hecho, la misma OCDE hace la misma observación sobre los países miembros, siendo la reducción, incluso, un poco menor que el promedio por lo menos entre 2018 y 2022.
La caída sostenida en la puntuación de los miembros como grupo revelaría que probablemente deba modificarse para encontrar mayor valor en lo que quieren evaluar, independientemente de que si bien han venido identificado la afectación del entorno para el desarrollo de aprendizajes, aún faltaría que ello se reflejara en las posiciones, cosa que podría no suceder porque nunca se ha tratado de un mero ranking, sino de un indicador para que cada país participante, en su coyuntura y con sus características, tenga esta herramienta como auxiliar en el diseño de sus políticas públicas.
Así sea paupérrimo el avance, o incluso uno que se debe a un menor retroceso respecto la media ¿Puede considerarse un avance?
Que se tenga la mejor posición relativa no quiere decir que haya existido un avance sustantivo, pues es engañoso. Si acaso, lo único que revelaría -en términos del ranking- es que México ha retrocedido menos que Colombia y que Costa Rica, miembros que si bien son “nuevos” en la OCDE, superaron a México en la prueba correspondiente al año 2015, evaluados entonces como asociados.
